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15 errores de comunicación que cometemos sin darnos cuenta

¿Cuántos de vosotros habéis tenido una clase en el colegio en la que te enseñaran como comunicar bien? ¿Has recibido consejos de tus profesores sobre cómo tratar y argumentar diversos temas con la gente? ¿Te enseñaron a ser un buen oyente? Si lo hicieron, fuiste un afortunado/a y, lo que si está claro, es que no lo hicieron a través del plan de estudios oficial.

La comunicación puede hacer o romper nuestro mundo. Sé que es una afirmación extrema, y sé que soy parcial porque enseño estas habilidades. Pero es la verdad en el siglo XXI. La mala comunicación conduce a las relaciones fallidas. Muy pocas personas realmente tienen buenas habilidades de comunicación. Pero aquí está la buena noticia: Nunca es demasiado tarde para aprender. Hoy os traigo 15 errores comunes de comunicación que se cometen regularmente, incluso sin darnos cuenta. Vamos con el primer error:

1. No usar “nosotros” cuando nos comunicamos

Las relaciones no son una competencia. O al menos no deberían serlo. Sin embargo, mucha gente considera a la otra persona como el “enemigo.” Se habla utilizando “yo vs. usted”. Es necesario replantear y pensar en sí mismos como un equipo. Trabajar juntos, no unos contra otros. Trabajar para resolver un problema, no para salir siempre victorioso.

2. No proporcionar contacto visual

¿Cuántos de vosotros no os habéis puesto a mirar vuestro smartphone mientras alguien os está hablando? ¿Y escribiendo en vuestro portátil o viendo la televisión? Pero todos nosotros también hemos estado en el otro lado – cuando las personas no nos están mirando o prestando atención cuando les estamos hablando. ¿Cómo te hace sentir eso cuando sucede? ¿Por qué no vivir de acuerdo con la regla de oro y tratar a otras personas con la misma cortesía con la que deseamos ser tratados?

3. La interrupción

¿Qué le dices a alguien cuando le interrumpes? Dices: ¿“Lo siento, lo que tengo que decir es más importante que lo que tienes que decir tú”? Definitivamente, no suena demasiado bien ¿verdad?

4. Mostrar un lenguaje corporal negativo o apático

El 90% del significado de un mensaje está contenido en el lenguaje corporal. Esto significa un porcentaje enorme. El contacto visual es parte del lenguaje corporal, pero es sólo una pequeña parte. ¿Qué pasa con la postura? Si tomamos una posición desganada es como si estuviésemos diciendo a gritos: ”Realmente no me importa lo que estás diciendo”. ¿Y qué hay de lo cerco o lejos que nos pongamos de nuestro interlocutor? Todos estos aspectos envían mensajes con potentes connotaciones. Como se suele decir, las acciones hablan más que las palabras.

5. No parafraseando y repitiendo lo que el otro dice

¿Alguna vez has dicho algo a alguien y te has quedado con una mala sensación de que en realidad no estaba escuchando lo que le has dicho? Claro, que podría haber dicho: “Mmmm hmmm …” o “Sí …” o “Sí …” Pero sabes que en realidad no ha hecho una escucha activa de tu mensaje. Ahí es donde entra en juego el parafrasear y la reformulación. Este recurso muestra que la otra persona que no solo te ha escuchado, si no que ha mostrado cierto interés.

6. Hacer suposiciones antes de escuchar el mensaje completo

Es probable que alguna vez mientras te hablan hayas pensado por dentro, “Oh, eso ya lo sé, no tengo ganas de escuchar el resto, ya sé lo que van a decir”. Bueno, quizás sí, pero tal vez no sea eso. Es mejor evitar esto. No nos gusta cuando la gente hace suposiciones acerca de lo que estamos diciendo, por lo que no hacemos esto a otras personas tampoco.

7. Dejar que tus emociones controlen lo que dices

Cuando se trata de comunicar, siempre debemos tener presente la coherencia. No podemos dejar que las emociones controlen al 100% a la razón.

8. No hacer preguntas de sondeo o indagación de otras personas

Diciendo cosas como: “Dime más sobre eso” o “Entonces, ¿cómo te hace sentir eso?” Permite que la otra persona sepa que te preocupas lo suficiente como para pedir más información. Eso se llama una pregunta de sondeo. Pedir a la gente más detalles sobre lo que están hablando. Se les hace sentir bien.

9. Referirte más a ti mismo y a tu vida que preguntan a la otra persona por la suya

Tenemos que controlar cuánto hablamos sobre nosotros mismo y nuestras cosas. Tener presente que no podemos ser el ombligo de la conversación. Debemos dar importancia también a la otra persona y dejar que se exprese.

10. Necesidad de “ganar” una discusión

Voy a repetir esto de nuevo. Las relaciones no son una competencia. Admitir que estamos equivocados, no es un signo de debilidad. Es un signo de madurez. Nadie puede tener razón siempre. No creo que haya que “ganar”. Reconocer nuestros errores demuestra demuestra ser una mejor persona, más honesta.

11. Atacar el carácter de otras personas en lugar de lo que dicen o hacen

¿Cuántas veces has dicho u oído algo así como: “Eres un idiota”. Y tal vez lamentarlo más tarde pensando que quizá no deberías haber dicho eso. Todos tenemos un mal comportamiento de vez en cuando. Y nunca vamos a estar de acuerdo con todo lo que dice todo el mundo. Pero hay que estar de acuerdo con sus palabras o sus acciones, no su carácter. No debemos romper la autoestima de la gente.

12. Esperamos personas que nos lean la mente

Nadie es. Así que ¿por qué esperar que lo sean? Si realmente quieres te entienda, debes hablar del tema directamente, de forma clara y concisa. De lo contrario, no se puede hacer responsable a otra persona si malinterpreta el mensaje.

13. Controlar la forma de expresión

Por ejemplo, “Lo siento, estoy molestando?” Eso les da la oportunidad de decir, “Sí lo estás haciendo. Vete. En numerosas ocasiones, puede sernos de mucha ayuda pararnos a pensar un par de segundos en la mejor manera de formular determinada cuestión para evitar respuestas no bienvenidas.

14. Dejar que algo te distraiga y no te deje poner toda tu atención

El móvil, la televisión, tus pensamientos, una mala actitud. Podría seguir y seguir sobre todas las cosas que nos distraen de prestar atención cuando alguien habla con nosotros. Debemos ser conscientes de estas situaciones y evitarlas. Si no lo haces, se envía el mensaje de que “esto es más importante para mí que prestarte atención”.

15. No ser empático y darse cuenta de que la percepción es la realidad

Uno lo ve a su manera. Cada uno lo ve de una forma. ¿Quién tiene razón? Todo depende de a quién se pregunte, ¿verdad? A veces no hay una realidad “objetiva”. Es todo cómo un individuo lo ve. Recuerda eso. No se trata del qué, se trata del CÓMO.


En conclusión, tener empatía y darse cuenta de que la experiencia de la otra persona es muy real para ellos es la clave para una buena relación. Ser un buen comunicador requiere esfuerzo. Es como ser un buen atleta, hay que practicar.

Espero que te hayan servido estos 15 consejos y puedas empezar trabajar en ellos hoy y compartirlos con los demás.

¡Feliz sábado!

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